Europa ya ha puesto fecha de caducidad a los coches de gasolina y diésel para el 2035, lo que ha provocado un importante crecimiento en la venta de vehículos eléctricos de todo tipo.
En 2022, se matricularon en nuestro país 72.242 unidades, un 87,5% más que el año anterior. Pero a este ritmo, la cantidad de cargadores que existen en España no va a ser suficiente.
“Para que los vehículos eléctricos se conviertan en una alternativa, es necesario contar con una extensa red de electrolineras”, indican desde Powen Change, la compañía eléctrica referente.
Y es que, aunque el número de puntos de recarga aumentan constantemente, la situación actual de la red española es aún insuficiente. Según ANFAC (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones) y Faconauto, a finales de 2022 se contaba con 20.243 puntos de recarga, lo que supone una media de un punto de recarga cada 100 kilómetros, de los cuales, el 24% están fuera de servicio.
Además, esta estadística no es del todo real, porque hay una importante diferencia entre las grandes ciudades y la España Vaciada. Por ejemplo, Madrid aglutina el 10% de todos los conectores, mientras que Guadalajara apenas cuenta con 82 puntos.
Así pues, para que la venta de vehículos eléctricos siga aumentando hasta alcanzar las cifras previstas para el 2035, debe ofrecerse a sus usuarios una solución a la escasez de puntos de recarga, por lo que, para la fecha límite, España deberá tener instalados entre 220.000 y 250.000 puntos de recarga. Es decir, “debería multiplicarse por diez el ritmo actual de instalación de los cargadores”, comentan desde Powen.