Para las funciones más críticas de despliegue y mantenimiento de redes, como la realización de empalmes, fusiones, enlaces, o las conectorizaciones, podemos encontrar en el mercado dos tipos de instrumentos destacados: empalmadoras mecánicas y fusionadoras.
La elección adecuada debe tenerse en cuenta valorando aspectos como la frecuencia de uso, comodidad, calidad del empalme y rentabilidad a corto o medio plazo.
Equipamiento profesional para redes de fibra óptica
La fusionadora realiza una fusión de la fibra por arco voltaico, de forma que el alineamiento entre ambas partes tiene una precisión insuperable, sobre todo si se hace por núcleo o “core”. Esto se traduce en enlaces con menor atenuación, y una única inversión por enlace de un protector termo-retráctil (céntimos de euro), que protege el punto fusionado. Además, el equipo es capaz de medir la calidad del enlace tras realizarlo, de forma que el usuario ya tiene esa información sin necesidad probar la fibra.
La empalmadora mecánica realiza un enfrentamiento físico entre fibras mediante un elemento “enfrentador”, también conocido como empalme (de ahí su nombre). Su precio es inferior al de una fusionadora, pero el coste del enlace es unas 10 veces superior y no es reutilizable. Además, la calidad de los enlaces mecánicos es inferior a una fusión, y su atenuación no se puede medir hasta que se prueba la fibra con la fuente de luz.
En resumen, una empalmadora mecánica es una opción económica si se realizan enlaces de fibra de manera esporádica y para instalaciones que puedan soportar pérdidas más elevadas. Para los profesionales habituados a trabajar en infraestructuras de fibra, una fusionadora resulta mucho más rentable a medio plazo, ya que la inversión se recupera tras unas 100 fusiones realizadas, que además son de mejor calidad al presentar pérdidas prácticamente inapreciables.
Equipamiento profesional para redes de cobre o par trenzado
Es todavía uno de los medios más comunes en las redes de datos, principalmente redes Ethernet. Dentro del equipamiento necesario para trabajar con este tipo de tecnología de red, el Certificador de Redes es el equipo más demandado ya que permite analizar la red para poder certificarla según la norma que se requiera, que en el caso de España está contemplada bajo la EN-50173 Clase E, que asegura el rendimiento mínimo del conjunto de la instalación. Es importante elegir un certificador que contemple todos estándares que serán necesarios en nuestro ámbito profesional.
Los últimos modelos de certificadores de red incorporan otro tipo de funcionalidad muy útil, como conexión Wi-Fi para facilitar y agilizar el envío de las medidas a la oficina técnica, en el mismo momento que se hacen.