En el marco de Smart City World Congres, celebrado en Barcelona entre el 18 y el 20 de noviembre, se puso de manifiesto la importancia de la iluminación conectada como clave para el desarrollo de las ciudades del futuro. En una mesa redonda de ciudades, organizada por Philips, se destacó la labor de algunas ciudades españolas que están apostando por las nuevas tecnologías de iluminación como fuente de ahorro energético, motor de generación de actividad económica y mejora para el bienestar de los ciudadanos.
El alumbrado funcional de las ciudades es uno de los retos a los que se enfrentan los ayuntamientos, tanto por temas de consumo, como de mantenimiento, costes y seguridad ciudadana. Algunas urbes ya están incorporando tecnología LED y sistemas de telegestión para mejorar la eficiencia de las instalaciones, con los ahorros energéticos que conlleva, y convirtiéndolas al mismo tiempo en inteligentes.
Esta inteligencia lleva a las instalaciones a poder ser controladas punto a punto a través de una aplicación de Smartphone o Tablet. Controlar el alumbrado de una calle, un barrio, un edificio o la ciudad completa es posible gracias a sistemas como CityTouch de Philips. Gracias a este sistema de gestión integral del alumbrado, se puede ofrecer luz cuándo, dónde y cómo se necesita, adaptándola a eventos especiales o al día a día de la ciudad. En la actualidad, menos del 2% de las luminarias instaladas en nuestras calles es inteligente.
El 19% del consumo energético mundial es en iluminación, cifra que asciende al 20% en el caso de las ciudades y al 35% en el caso de los edificios, las oportunidades de ahorro que ofrecen las nuevas tecnologías en iluminación, como los LED y los sistemas de gestión y control, son una solución real. La combinación de estas tecnologías conlleva ahorros energéticos de más del 80%, con el consiguiente ahorro económico.
Philips pretende influir positivamente en la vida de 3.000 millones de personas en 2025 a través de innovaciones tecnológicas. El campo de la iluminación jugará un papel crucial en este propósito. La innovación, para que sea realmente significativa, tiene que surgir de la colaboración entre todos los agentes implicados. Entes públicos y privados deben aunar esfuerzos y trabajo con la finalidad de buscar y desarrollar las innovaciones más relevantes para las personas.