Después de muchos años en edificios antiguos y deteriorados, y en locales provisionales, cuando alumnos y padres regraseron de las vacaciones, se llevaron una alegría enorme al entran por primera vez en el instituto más grande de Halmstad ─Kattegatt─ al llegar a la segunda y última fase de su escuela, completamente nueva, inaugurada en agosto.
La palabra clave del instituto Kattegatt es «cerebro inteligente», un concepto que el centro ha desarrollado basándose en las investigaciones sobre el cerebro para dotar a los alumnos de buenas condiciones para el aprendizaje. En la nueva entrada de la escuela destaca el primer gimnasio de Suecia. Aquí, los estudiantes pueden entrenar su cerebro, entre otras cosas, jugando a la pelota mental. Con una cinta que registra la actividad cerebral, los jugadores consiguen que una pelota ruede. Gana el que está más concentrado y relajado.
«Hemos querido construir una escuela que esté a la vanguardia de la tecnología, con el fin de convertirnos en una escuela atractiva para los futuros alumnos, que sea sostenible e inteligente para el futuro, que inspire, que proporcione confort y cuidados, y que priorice un bienestar sostenible en el centro para todas nuestras actividades», dice Ida Ahlberg, directora de la escuela y responsable del edificio escolar.
La nueva escuela, con más de 19 000 metros cuadrados y espacio para 1600 alumnos y 200 profesores, está equipada con KNX, un sistema para la automatización de edificios. Actualmente, el sistema KNX controla la iluminación de toda la escuela. Todas las luminarias instaladas están equipadas con DALI, una interfaz estandarizada para el control digital de la luz, que permite un control sencillo y dimensionable a través de KNX. La escuela también cuenta con detectores de presencia para garantizar que la iluminación se atenúe y se apague si la sala permanece vacía durante un tiempo. Cuando la última persona sale de la escuela y activa la alarma, toda la iluminación se apaga automáticamente ayudando a conservar la energía y reduciendo la contaminación lumínica.
«La combinación de KNX y DALI es inmejorable para la iluminación. Los cálculos muestran que se ahorra al menos un 30 por ciento de energía en comparación con la iluminación controlada manualmente. En locales tan grandes, siempre hay alguien que se olvida de apagar las luces, por lo que este sistema proporciona tranquilidad y ayuda a ahorrar energía, ya que se pueden apagar las luces en las habitaciones/áreas que no están ocupadas», dice Anders Holmén, especialista en ventas de ABB Electrification.
En el futuro, existe la posibilidad de conectar y controlar más elementos con el sistema KNX, como la calefacción y las persianas.
«Este es, con diferencia, el mayor sistema KNX que he programado y puesto en marcha. Pero ha sido estupendo y mucho más rápido de lo que pensaba, a pesar de que solo he trabajado con KNX durante un par de años. El equipo de ABB ha estado siempre disponible cuando he necesitado ayuda para la configuración del sistema o cuando he tenido alguna duda sobre la optimización del sistema», dice Daniel Bengtsson, de la empresa Prenad de Halmstad, que instaló el sistema.
Para un edificio del tamaño del instituto Kattegatt, un sistema de control automático de la iluminación supone un importante ahorro de energía. Según la Agencia Sueca de la Energía, la iluminación representa casi un tercio del consumo de electricidad en una escuela sueca media. Con las modernas luminarias LED y el control KNX, es posible reducir el consumo de electricidad para la iluminación en más de un 85 % en comparación con las antiguas luminarias controladas manualmente. Se espera que el consumo de energía de la escuela disminuya significativamente; de unos 150 kWh por metro cuadrado al año en la antigua escuela a unos 80 kWh por metro cuadrado al año en la nueva.
Además del ahorro de energía y la comodidad, el sistema KNX también contribuye a aumentar la seguridad. Si alguna de las salidas de emergencia falla y no se desbloquea cuando la alarma de la escuela se apaga por la mañana, la escuela permanece a oscuras, una clara señal de que no debe utilizarse. En caso de que salte la alarma de incendios, la luz se regula al máximo en toda la escuela al tiempo que se desconectan el sonido y el proyector del auditorio. Esto facilita una evacuación rápida y segura para proteger a los alumnos y a los profesores.